El olivar superintensivo puede convertirse en una herramienta en la lucha contra el cambio climático

[Noticia perteneciente a la sección: RECOLECCIÓN, POSCOSECHA Y RECEPCIÓN DE LA ACEITUNA PREVIA A LA MOLTURACIÓN]


Son muchas las noticias de las consecuencias que el cambio climático puede traer sobre nuestra forma de vida y supervivencia, afectando no solo a los cultivos sino a nuestros hábitos de vida. No cabe duda de que el aumento de los gases de efecto invernadero cambiará nuestro “status quo”, ante lo cual no debemos estar impasible.
Ante esa impasibilidad, el olivar puede aportar mucho en base a los diferentes estudios y mecanismos que están midiendo la huella de carbono de este cultivo, sobre todo cuando la agricultura y el transporte suponen prácticamente el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se producen en Extremadura. Según más reciente estudio que acaba de hacer público el Observatorio Extremeño de Cambio Climático con datos que van del 2014 al 2017, en el último de esos ejercicios se emitieron en nuestra región 9,4 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2), algo por encima de los 9,1 millones del 2016 y la cifra más elevada que se contabiliza en la comunidad autónoma desde el 2011, cuando fueron 9,5 millones de t.
El cálculo exacto de la huella de carbono en un olivar es complejo, y dependiente de numerosos factores, no solo si es ecológico o no, si hay riego o es de secano, sino también del tipo de cobertura y prácticas agrícolas, así como la edad del olivo.
Pero ante la falta de herramientas concretas, es importante hacer una estimación del beneficio que puede aportar el olivar extremeño. A modo de reflexión, si extremadura produce de media 55.000 t de aceite anualmente (aunque la tendencia es situar la producción en una media en torno a 70.000 t en los próximos años), según el Consejo Oleícola Internacional, el olivar podría fijar el 5,9% de las emisiones de CO2 de Extremadura. Pero si nos vamos a los valores medios de las últimas 3 campañas (65 mil t t) el valor ascendería por encima del 7,3%. No obstante
Otros cálculos, realizados en función de la superficie de olivar y no considerando únicamente la producción (aspecto que sería más real para Extremadura en cuanto hay mucho olivar con bajas producciones con respecto a otras zonas productoras). Si consideramos que En Extremadura según el MAPAMA hay cerca de 287.000 ha (de las que no todas en plena producción, hay 18 mil ha de menos de 4 años), se estiman 266.000 ha, y que 1 ha fija de forma neta 3,72 tCO2/ha, de acuerdo al grupo Eco-Efficient Cropping Systems de la Universidad de Córdoba, liderado por el catedrático de Agronomía Luis López Bellido tras analizar la plantación de Olivar en Seto, realizada por Todolivo en 1999 con la variedad arbequina en El Cercado de San Luis, finca ubicada en el término municipal de Villarrubia (Córdoba) (ver artículo), se podría llegar a alcanzar hasta el 10% del CO2 generado por nuestra comunidad. No obstante, este dato dista del ofrecido por un estudio de la Universidad de Granada decía 3,14 t CO2/ha, lo que sería aproximadamente el 7,2% (el valor medio) del CO2 producido en Extremadura.
Como nota relevante debemos quedarnos que el olivar podría llegar a fijar, de acuerdo con estos valores publicados, desde el 6 al 10% del CO2 generado por Extremadura en función de zonas olivareras, de media más del 7%, siempre que mantengamos unas prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y prácticas agrícolas que busquen favorecer esa fijación y no las que hacen que muchos cultivos tengan un balance positivo de generar gases de efecto invernadero.

 

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